Fotorreportaje: Una hora bajo el puente, el estreno

Montaje de ‘Una hora bajo el puente’, pieza teatral de María Teresa Zúñiga.

Dos extraños en un mundo de otros

Texto y fotos: Juan Carlos Suárez Revollar

Escrita por María Teresa Zúñiga y estrenada en 2017 por el Grupo de Teatro Expresión, Una hora bajo el puente es una pieza teatral que continúa la exploración iniciada en Zoelia y Gronelio y retomada (aunque tangencialmente) en Atrapados: personajes marginales y desposeídos que intentan sobrevivir a una sociedad destruida.

Mouse y Power —símbolos de la individualidad y el poder— hacen un contrapunto actoral donde este intenta no ser conmovido por aquel. Power es el absurdo arrendador de un espacio que pocos quisieran habitar: la sombra de un puente. Pero el trasfondo de la obra es un mundo en ruinas y un pasado —¿acaso revolucionario?— que ambos comparten.

 

UNA HORA BAJO EL PUENTE
Escrita por María Teresa Zúñiga
Producida por el Grupo de Teatro Expresión
Dirigida por Jorge Miranda Silva
Actúan como:
Power, Jorge Luis Miranda Zúñiga
Mouse, Marco Miranda Zúñiga
Estrenada en Teatro del Colegio Andino, diciembre de 2017
Huancayo, Perú

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Opinión: Todos corruptos

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

La primera elección libre en el Perú después de más de una década, en 2001, significaba la renovación de la clase política. Por desgracia, y como lo muestran los escándalos de corrupción que involucran a todos los presidentes que gobernaron desde esa fecha, ha sido más de lo mismo.

Sobornos como el de la constructora Odebrecht han ocurrido en el pasado con una frecuencia que resulta desesperanzadora (véase para empezar, Historia de la corrupción en el Perú, de Alfonso W. Quiroz). Lo que diferencia a este hecho es la magnitud del escándalo y, claro, el nivel de poder de los agentes involucrados: desde presidentes y ministros hasta candidatos y banqueros.

Para que ese soborno pueda ocurrir se necesita la complicidad de funcionarios y autoridades. Es decir, se trata de una práctica sistemática y, horror, institucionalizada.

Llama la atención que la cultura del soborno a cambio de una buena pro —de la que Odebrecht, aunque a gran escala, también es parte— se encuentra con facilidad en casi cualquier nivel del Estado. He escuchado quejarse a contratistas y proveedores de gobiernos locales o entidades públicas de la necesidad de pagar bajo la mesa para ganar una licitación. De no hacerlo —repiten con impotencia y una pizca de cinismo— se contrataría a otro empresario menos escrupuloso con esta práctica. Pero hay más: para que ese soborno pueda ocurrir se necesita la complicidad de funcionarios y autoridades. Es decir, se trata de una práctica sistemática y, horror, institucionalizada.

¿Hay solución? No en el corto plazo. Pero empezaríamos con buen pie si como ciudadanos exigimos las sanciones que dicta la ley y, aunque no sea fácil, que votemos con más responsabilidad.

Publicado en la columna La libertad y el tiempo, en el diario Correo, el 4 de marzo de 2018.

Crítica de literatura: Stieg Larsson, «Millenium»

El reino de los malditos

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

Una mirada rápida a las tres partes de la trilogía Millennium parecería mostrar que los personajes son, en todos sus niveles, infames gentes de alma retorcida, con desórdenes sicológicos, intolerancia, corrupción o simplemente avaricia, a las que Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist se empeñan en combatir. Cualquiera de las tres puede leerse de manera independiente, aunque hacerlo secuencialmente configura un todo de amplia solidez. Fueron publicadas poco después de la repentina muerte de su autor, el periodista y escritor sueco Stieg Larsson, con los distintivos títulos de Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire.

Lisbeth Salander es una heroína inconfundible: con una extraña moralidad y de temperamento indoblegable, es poco comunicativa, bajita y muy delgada, llena de tatuajes y piercings y con el cabello cortado a cepillo. Viste vaqueros negros y chaquetillas de cuero con broches de acero, a la usanza de los punkis. Gracias a su increíble habilidad para reunir información y a sus conocimientos informáticos, es capaz de acceder a cualquier computadora y, por ende, a los secretos de sus propietarios (sean estos sus rivales o aliados). Esa característica le permite un nivel de omnisciencia que no alcanza ningún otro personaje en toda la trilogía. Su partner —y a su modo, su contraparte— es el periodista Mikael Blomkvist, diestro investigador y cabeza de la revista Millennium, un medio independiente y muy comprometido a la hora de denunciar a corruptos, sinvergüenzas y rufianes. Es únicamente con la combinación de esfuerzos que ambos son capaces de hacer frente y vencer a aquellos despreciables empresarios, miembros del gobierno y hasta delincuentes cuyas actividades tienen un rasgo común: violan los derechos de los otros y, en la mayoría de los casos, son misóginos, racistas o sicópatas con poder. Pero Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist no están solos. Junto a ellos hay un puñado de personajes que se juegan el futuro profesional, y aun la vida, para defender a una desconocida, por ejemplo, de la injusticia de la que ha sido víctima a lo largo de su vida, primero por un intocable padre lunático y misógino, y después por unas autoridades corrompidas hasta niveles extremos. Ese es el «bien» y el «mal» que se ha retratado tan puntillosamente en la novela: el primero vulnerable, altruista y desinteresado, cuya única arma es el buen periodismo; y el segundo dotado del poder político más infecto, de manipulación, ocultación e incluso de control de la vida y la muerte.

Un tema central de la novela es la misoginia, extendida como una epidemia en todos los estratos sociales —sobre la que Lisbeth Salander es particularmente sensible—; pero también las feroces relaciones familiares y en particular las que van en la senda padre-hijo. Hay muchos personajes memorables, como Zala, en la segunda parte, a quien es imposible no relacionar con Kurtz, de El corazón de las tinieblas, así como el dueto Salander-Blomkvist.

Los hombres que no amaban a las mujeres es una historia en la misma línea que las de Agatha Christie. Se enmarca en el viejo subgénero policial del «recinto cerrado», pero en vez de una habitación o una casa, los hechos a investigar han ocurrido casi cuarenta años atrás en una isla. Si bien Millennium arranca como un policial convencional —al menos lo es en su armazón más superficial—, en la segunda y tercera parte de la trilogía se termina convirtiendo en un híbrido de novela de espionaje y thriller político, donde los personajes luchan contra un complot de magnitudes internacionales, y ocurren hechos de tal inverosimilitud que, a no ser por la extraordinaria pericia del autor, se estropearía la historia completa. Precisamente, la trama se ha construido siguiendo cánones formales propios de la novela de aventuras, con acción creciente, acentuada por la alternancia de hechos simultáneos —y a su vez, de puntos de vista— en los bloques aislados que son la base de su estructura; aunque, claro, Larsson incorporó también elementos de casi todos los subgéneros policiales.

La organización formal es sencilla, y a grandes rasgos, incluso lineal, salvo en los pequeños retrocesos al pasado para explicar algo más sobre un hecho o un personaje, lo cual dota de profundidad a cada arista de la historia. Las técnicas narrativas presentes son de lo más diversas, y abarcan desde aquellas más comunes, como el dato oculto (podría decirse que la trilogía completa está construida con base en el ocultamiento temporal de información al lector), hasta las cinematográficas: el ojo móvil, el travelling o la cámara lenta. Por eso secuencias enteras tienen un aparente caos en el punto de vista, que salta de un personaje a otro. Lo que no hace ininteligible a la novela es que Larsson jamás pierde el hilo conductor de la historia.

Muchas veces el éxito de difusión de una novela obedece a factores tan azarosos que difícilmente tienen que ver con su calidad. Pero en el caso de Millennium es perfectamente justo, como ocurriera en su tiempo con otras grandes novelas de Víctor Hugo, Tolstoi o Balzac.

Publicado en Suplemento Cultural Solo 4, del diario Correo, el 17 de marzo de 2012.

Crítica de literatura: Charles Dickens

Dickens, 200 años

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

«He nacido» es la frase inicial de David Copperfield, una de las novelas más bellas de Charles Dickens. Del nacimiento de este imprescindible escritor inglés (el 7 de febrero de 1812) se celebra en todo el mundo los dos siglos.
Charles Dickens (Inglaterra, 7 de febrero de 1812 – 9 de junio de 1870).

Leer a Charles Dickens es conocer a miles de personajes —y a veces, reconocerse en ellos— cuyo retrato linda entre la caricatura, por su carácter chispeante, y la profundidad extravagante de sus conflictos internos. Aun los malvados tienen asomos de bondad, porque en ellos no hay más que meras parodias del mal. No es difícil sentir simpatía por los antihéroes y villanos que pueblan sus novelas: Fagin, por ejemplo, el explotador de Oliver Twist; el despiadado Thomas Gradgrind, de Tiempos difíciles, cambiado por la adversidad; o el amargado Ebenezer Scrooge, de Cuento de Navidad, quien a lo largo de la historia, y tras algunas patéticas situaciones, sufre una transformación total.

Desde la publicación seriada de Los papeles póstumos del Club Pickwick, a partir de 1836, el éxito de sus novelas fue en aumento. Las aventuras del gordinflón, barrigudo y miope Samuel Pickwick y su pícaro sirviente, Sam Weller, son acaso el mejor homenaje al Quijote y Sancho. En esa senda, Historia de dos ciudades se constituye en una de sus novelas más ambiciosas. Es inolvidable la concatenación de aventuras, de caos y de horror que la forman, pero también de sentimientos tan humanos como la compasión o el amor.

Dickens era capaz de retratar la miseria, la carencia y el mundo delincuencial, pero redirigiendo la atención hacia una historia siempre conmovedora con una carga altísima de emotividad. Pocos escritores podían llegar al lector como él. Puede que su secreto sea haber puesto la anécdota al servicio de este (como la publicación era seriada, solía adecuar la trama a las reacciones del público). Por eso en muchas de sus novelas son notorios los cambios repentinos en las circunstancias y el accionar de los personajes, y abundan las coincidencias inverosímiles que hacen posibles los finales felices, los castigos a los malvados o las recompensas a los sufridos y bondadosos. La Providencia era el propio Dickens, en la forma del criminal agradecido que juguetea con el destino de Pip, en Grandes esperanzas; o el fortuito encuentro de Oliver Twist con su pasado, y el trastoque que ello significa con su presente, en que triunfa el bien que él representa.

A diferencia de Honoré de Balzac, el otro gran novelista de la misma época, quien se centraba en personajes que terminaban siempre derrotados en sus intentos de ascender o de mantenerse en el gran mundo, los de Dickens vivían en la miseria y, por ello, tenían una motivación mucho más modesta. Mientras el primero reproducía tipos y los adaptaba a la realidad que él conocía, el segundo los disfrazaba hasta atenuar sus horrendos defectos, acentuando otros y haciendo de ellos tipos reconocibles, un tanto risibles, pero carentes de maldad.

Los personajes niños de Dickens tienen un constante halo de pureza —Nell de Almacén de antigüedades, y su equivalente, la protagonista de La pequeña Dorrit, o también Oliver Twist y David Copperfield—, pero también de desamparo y fragilidad. El contraste con algunos de los otros que los rodean (rufianes, sinvergüenzas, malvados) resalta esa imagen de inocencia.

De Dickens ha escrito Jorge Luis Borges que era «un hombre de genio», y que en su obra «no solo cultivó lo sentimental, sino lo humorístico, lo grotesco, lo sobrenatural y lo trágico»; y, por ello y más, «legó al mundo una galería de personajes que, sin dejar de ser un tanto caricaturales, son imperecederos también».

Dickens construyó una imagen completamente diferente de la Inglaterra victoriana. Pese al carácter sórdido de las situaciones que retrataba, predominaba una visión romántica del mundo. Muchos de los mejores momentos de toda la literatura se los debemos a él. Van doscientos años, y su vigencia continúa, perdurable y ya definitiva.

Publicado en Suplemento Cultural Solo 4 del diario Correo el 11 de febrero de 2012.

Memoria 2017: recuento literario

Por: Gabriel Ruiz Ortega

Cautivos de mar y tierra de Juan Carlos Suárez Revollar«Juan Carlos Suárez Revollar nos entregó una inquietante y divertida novela: Cautivos de mar y tierra. Consignemos que estamos ante una primera novela marcada por la madurez. El autor ha sabido calibrar el paso del tiempo y no ha sido presa del apuro por publicar. Suárez cumple con la máxima de la ficción: perfilar personajes. Nuestro autor nos presenta a Franz Von Carnap y Matías Serna, dos jóvenes que huyen de enemigos comunes por el Congo Belga ad portas de la Primera Guerra Mundial. En la interacción de estos dos personajes Suárez se posiciona como un autor de oficio, pero también nos hace levantar las cejas ante forzadas metáforas, obedientes a la denuncia sobre la colonización. Más allá de este reparo, no me hago problemas: Suárez es el autor revelación del 2017».

* Fragmento. Para leer el artículo completo da clic en el siguiente enlace.

Memoria 2017: recuento literario

Publicado en el blog Lee por gusto el 1 de febrero de 2018.

Obra fotográfica: Puestas de sol en la sierra peruana

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

Es el azul del cielo lo característico en la sierra peruana. Pero también la acumulación de nubes de distintas clases —las hay desde cúmulo nimbus hasta las cirrus habituales— con tanta consistencia que parecen fáciles de palpar. Por esa razón una puesta de sol tomada en esta área geográfica tiene esa magia especial. Las siguientes fotografías fueron tomadas dentro y en los alrededores de la ciudad de Huancayo (Junín, Perú) a lo largo de 2017.

Crece, maíz, bajo el cielo de colores

Datos EXIF
Cámara: Nikon D500
Lente: Tokina 11-16
f/5
1/15 s
ISO 100
Filtro polarizador
Revelado con Adobe Lightroom
Fotografía tomada el 25 de noviembre de 2017

Final del día en casa de los muertos

Datos EXIF
Cámara: Nikon D500
Lente: Sigma 17-50
f/8
1/160 s
ISO 400
Sin filtro
Revelado con Adobe Lightroom
Fotografía tomada el 20 de noviembre de 2017

El sol también abandona una pequeña ciudad

Datos EXIF
Cámara: Nikon D500
Lente: Nikkor 50mm
f/4
1/200 s
ISO 100
Sin filtro
Revelado con Adobe Lightroom
Fotografía tomada el 23 de diciembre de 2017

Una lluvia que viene

Datos EXIF
Cámara: Nikon D500
Lente: Tokina 11-16
f/8
1/10 s
ISO 100
Filtro polarizador
Revelado con Adobe Lightroom
Fotografía tomada el 18 de noviembre de 2017

Un lugar cerca del sol

Datos EXIF
Cámara: Nikon D500
Lente: Tokina 11-16
f/10
0.8 s
ISO 100
Filtro polarizador
Revelado con Adobe Lightroom
Fotografía tomada el 15 de noviembre de 2017

Un sol que asoma a lo lejos

Datos EXIF
Cámara: Nikon D500
Lente: Nikkor 70-200
f/10
1/3 s
ISO 100
Sin filtro
Revelado con Adobe Lightroom
Fotografía tomada el 15 de noviembre de 2017

 

Fotografías tomadas por Juan Carlos Suárez Revollar en 2017.
© Todos los derechos reservados.
Para adquirir una licencia de uso de estas imágenes puede escribirnos a suarezrevollar@gmail.com

 

Obra fotográfica: Humedal de Santiago León de Chongos

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

A apenas treinta minutos de Huancayo (Junín, Perú) se ubica el distrito de Santiago León de Chongos —o Chongos Bajo—, lugar donde podemos encontrar varios humedales todavía ilesos ante la actividad humana.

En épocas de migración albergan a miles de ejemplares de varias especies de aves. Esta tarde coincidimos con la llegada de algunas de ellas, mientras dan grandes giros en busca de un espacio donde anidar.

Migrantes

Datos EXIF
Cámara: Nikon D3000
Lente: Nikkor 70-200
f/4
1/500 s
ISO 100
Filtro polarizador
Revelado con Adobe Lightroom

Humedal

Datos EXIF
Cámara: Nikon D3000
Lente: Tokina 11-16
f/2.8
1/3 s
ISO 100
Filtro polarizador
Revelado con Adobe Lightroom

El Huaytapallana mira Huancayo

Datos EXIF
Cámara: Nikon D3000
Lente: Nikkor 70-200
f/4.8
1/800 s
ISO 100
Filtro polarizador
Revelado con Adobe Lightroom

Sapo entre aves

Datos EXIF
Cámara: Nikon D3000
Lente: Nikkor 50mm
f/4
1/500 s
ISO 100
Filtro polarizador
Revelado con Adobe Lightroom

 

Fotografías tomadas por Juan Carlos Suárez Revollar el 22 de agosto de 2017.
© Todos los derechos reservados.
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Obra fotográfica: El camino a Salcahuasi

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

Para llegar al distrito de Salcahuasi, ubicado en Tayacaja (Huancavelica, Perú), se debe partir de Huancayo (Junín, Perú) y recorrer unos 85 km al nororiente. Toda esta zona pertenece al Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM).

Cabe señalar que el camino es bastante accidentado. Pero lo compensan las buenas vistas, la variedad de pisos ecológicos, así como una flora y fauna diversa y exhuberante.

Laguna de agua oscura

Datos EXIF
Cámara: Nikon D3000
Lente: Sigma 17-50
f/14
1/30 s
ISO 100
Revelado con Adobe Lightroom

Ciertos seres muy cerca del cielo

Datos EXIF
Cámara: Nikon D3000
Lente: Sigma 17-50
f/5.6
1/320 s
ISO 100
Revelado con Adobe Lightroom

La niebla, la soledad, la muerte

Datos EXIF
Cámara: Nikon D3000
Lente: Sigma 17-50
f/5.6
1/2500 s
ISO 100
Revelado con Adobe Lightroom

Un sapo se abre camino entre la niebla

Datos EXIF
Cámara: Nikon D3000
Lente: Nikkor 35mm
f/2.2
1/220 s
ISO 100
Revelado con Adobe Lightroom

Fotografías tomadas por Juan Carlos Suárez Revollar el 27 y 28 de mayo de 2017.
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Obra fotográfica: Bosque de piedras de Viuda Lumi

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

El bosque de piedras de Viuda Lumi se ubica en el distrito de Pucará, a unos 25 km de la ciudad de Huancayo (Junín, Perú), y a pocos kilómetros de la frontera con el distrito de Pazos (Huancavelica, Perú). Se encuentra a 4200 m s.n.m.

Este atractivo pertenece, además, a la localidad de Marcavalle, muy cerca de donde ocurrió el célebre Combate de Marcavalle y Pucará entre tropas peruanas y chilenas, durante la Guerra del Pacífico de 1879-1883.

Bosque de piedras de Viuda Lumi (1)

Datos EXIF
Cámara: Nikon D500
Lente: Tokina 11-16
f/7.1
1/500 s
ISO 100
Filtro polarizador
Revelado con Adobe Lightroom

Bosque de piedras de Viuda Lumi (2)

Datos EXIF
Cámara: Nikon D500
Lente: Tokina 11-16
f/7.1
1/1600 s
ISO 100
Filtro polarizador
Revelado con Adobe Lightroom

Fotografías tomadas por Juan Carlos Suárez Revollar el 27 de octubre de 2017.
© Todos los derechos reservados.
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Entrevista a Juan Carlos Suárez Revollar: «Las lecturas se están haciendo más ligeras»

Una entrevista de Daniel Mitma

Luego de leer El Quijote, Juan Carlos Suárez Revollar supo que la literatura era lo suyo. Lector voraz, crítico agudo y editor perfeccionista, decidió aventurarse lanzando su propia editorial. Hoy es uno de los principales sellos en la región (Acerva Ediciones) y alista nuevas entregas. Sobre ese mundillo literario y editorial del valle del Mantaro conversamos con él.

Publicado en diario Correo, el 10 de setiembre de 2015.