Crítica de cine: Duplicidad

Duelo de corporaciones y espionaje de alto nivel

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

Duplicidad es un ágil thriller de espionaje del director Tony Gilroy. Los personajes principales son Ray (Clive Owen) y Claire (Julia Roberts), dos experimentados agentes que tienen varios encuentros entre sí. El eje de la trama es un nuevo producto desarrollado por Burkett & Randle, empresa rival de Equikrom, que busca arrebatárselo.

Lo que sucede a partir de entonces es un duelo de ambas empresas, que incluye la contratación de agentes de inteligencia en su staff y un millonario presupuesto, que los lleva por diversas ciudades, como si se tratase de un complot internacional, pero al servicio de intereses meramente corporativos.

Por supuesto, la estructura narrativa no es lineal, sino que salta del pasado al presente con facilidad y solvencia (un buen trabajo del guionista y del director). Por el final del filme la alternancia (duplicidad) temporal se ha cerrado y el espectador comprende finalmente los datos ocultos. Sin embargo, surgen algunos problemas en la historia por cierta torpeza narrativa, que hacen predecir el final desde la mitad de la proyección. Por otro lado, se debe destacar en Duplicidad el buen manejo de actores y la cuidada fotografía.

Asimismo, por su naturaleza —es un filme de espionaje muscular, o sea de acción constante y espías internacionales, a lo James Bond—, el ritmo del relato es trepidante y el espectador no sale defraudado, porque la película entretiene y mantiene su nivel de principio a fin.

DUPLICIDAD
Director: Tony Gilroy
País y año: Estados Unidos, Alemania, 2009
Duración: 125 minutos
Idioma: Inglés con subtítulos en español

Artículo escrito para la columna Función Continuada en agosto de 2009

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