Mr. Hyde toma el control
Por: Juan Carlos Suárez Revollar

Dos buenos filmes ha dirigido Darren Aronofsky además del que nos ocupa ahora: Réquiem por un sueño (2000) y El luchador (2008). El cisne negro tiene una forma particular de narrar, y se asemeja mucho —por lo alucinado, difuso y hasta ambiguo— a Réquiem por un sueño. El punto de vista predominante es el de Nina (Natalie Portman), pero en dos niveles: la parte más objetiva es la de su yo cuerdo. El segundo nivel, y el más rico, es el producido desde su yo perturbado, que toma la forma del cisne negro.
La historia nos remite a clásicos como El Dr. Jekyll y Mr. Hyde, por la dualidad de personalidades opuestas; y también a la institutriz de La vuelta de tuerca, cuya represión sexual se derivaría en los aparecidos y fantasmas que la atormentan a ella y a los niños que tiene a su cargo. Y claro, a La pianista, sea la novela o la versión fílmica, con las que esta película guarda mucha relación.
En El cisne negro la ficción es más poderosa que la realidad, y eso se hace patente con la paulatina toma del control de Nina por su yo perverso, que avanza tal cual su mente se va degenerando. Algo a destacar es que esa personalidad actúa sobre la capacidad de autocontrol de Nina, y la obliga a hacer cosas que ésta tenía reprimidas.
La actuación de la protagonista es más que sobresaliente. Es su personaje el que lleva el peso de la historia, y Portman lo asume bien. Los demás personajes están a la altura, aunque algunos son desaprovechados, como la madre de Nina, pese a que aquí la interpretación es impecable.
Un defecto ostensible es la excesiva exposición de las alucinaciones. El espectador notará desde el inicio que la explicación del conflicto está en la mente perturbada de su protagonista. Y la reiteración continua de ese fenómeno termina por cansar.
Hay además problemas en la integración del punto de vista, y finalmente prevalece el caos. Sin embargo, los méritos son muchos más, como el solo hecho de tramar una brillante y aun complicada historia a partir de algo tan sencillo como El lago de los cisnes. Además, la tensión dramática, así como la capacidad del filme de atrapar al espectador de principio a fin, hacen que ver El cisne negro sea una agradable experiencia.
EL CISNE NEGRO
Director: Darren Aronofsky
Título original: The Black Swan
Duración: 108 minutos
País y año: Estados Unidos, 2010
Idioma: inglés con subtítulos en español
Publicado en el diario Correo de Huancayo, el 26 de marzo de 2011




La primera película dirigida por Ben Affleck fue Desapareció una noche (Gone, Baby, Gone, 2007) —hasta entonces, si bien había participado en varias valiosas películas, e incluso en un par con dos grandes directores: Gus van Sant y John Frankenheimer, era principalmente conocido por blockbusters como Armagedón, Daredevil o Pearl Harbor—. Este policial tiene a una pareja de investigadores que busca a una niña presuntamente secuestrada. Su sórdido contexto va llevando al espectador hacia un final absolutamente pesimista.

Paul Greengrass (Inglaterra, 1955) inició su carrera como documentalista para la televisión, hasta que dirigió Resurrección (1989), y años después, La teoría del vuelo (1998), que le permitieron asumir un proyecto más ambicioso (y que es, hasta ahora, lo mejor de toda su filmografía): Domingo sangriento (2002), un filme político que aborda, en clave de ficción, pero con códigos propios del documental, la masacre ocurrida en Irlanda en 1972 por parte de las fuerzas inglesas contra los civiles que marchaban contra la represión y en pro de sus derechos ciudadanos. De 2004 y 2007 son las dos partes de La supremacía de Bourne, y de 2006 un atractivo filme: Vuelo 93, sobre lo que habría ocurrido al interior del avión que no llegó a estrellarse contra su objetivo durante los atentados del 11 de setiembre.
