Vueltas de tuerca entre buenos y malos
Por: Juan Carlos Suárez Revollar
Dennis Iliadis empezó su carrera como director con la película griega Hardcore (2004), una oscura visión sobre dos muchachas salidas de los sectores más empobrecidos de Grecia que se prostituyen, y pese a su rivalidad inicial, terminan enamorándose una de la otra.
A primera vista, The Last House on the Left es un thriller convencional y sin interés. Sin embargo, desde el inicio destaca su correcta narración, que intercala con habilidad escenas truculentas y hasta sádicas con aquellas llenas de poesía, como esa en que Mari Collingwood (Sara Paxton) es abaleada en el río bajo la lluvia.
Los personajes del filme forman parte de dos familias: una, de típicos americanos de clase media que están de vacaciones en su casa de campo, a orillas del lago; y otra, de delincuentes que se encuentran huyendo tras rescatar de la policía a su líder: el primer punto importante de la película se da aquí, en el marcado contraste, y en el contacto directo, brutal, entre las dos familias: los buenos, virtuosos, puros e inocentes; y los malos, impuros, idiotizados y pervertidos. El acercamiento se da a través de los adolescentes de las dos familias, quienes aún no han asimilado la condición propia del grupo al que pertenecen.
Destacan los impactantes giros en la historia, que la reconvierten eficazmente —así como a los personajes, que pueden cambiar de victimarios a víctimas y a victimarios nuevamente—, pero con mucha objetividad, y sin quitar su indispensable credibilidad.
Por otro lado, aunque el maestro del cine de horror, Wes Craven, no es el director de esta cinta —es el productor—, se advierte una poderosa influencia suya (cabe mencionar que es un remake de una película dirigida por él); y The Last House on the Left, casi en todo momento, está a la altura.
THE LAST HOUSE ON THE LEFT
Director: Dennis Iliadis
Título original: The Last House on the Left
Duración: 100 minutos
Idioma: inglés con subtítulos en español
País y año: Estados Unidos, 2009
Publicado en Correo de Huancayo, el sábado 17 de octubre de 2009.

Dos filmes se cuentan en la filmografía como director de Fabricio Aguilar: el cortometraje La cuerda floja (1997), que tiene la virtud de manejar eficientemente la relación entre dos comediantes ambulantes, abordando hábilmente el tema del payaso sufrido; y el largo Paloma de papel (2003), que trata, al igual que Tarata, de la violencia política en el Perú, con una perspectiva infantil y un contexto ambientado en la serranía.
Con una carrera poco trascendente para el cine mundial, el realizador español Jaume Collet-Serra inició su formación dirigiendo videoclips para la televisión, y más adelante las películas La casa de cera y Goal 2 —esta última con la participación de las superestrellas del fútbol David Beckam y Zinedine Zidane—, y ahora La huérfana, filme que es bastante mejor que los anteriores, aunque limitado en su alcance.
Con una respetabilísima carrera y buen número de importantes premios en su haber, Michael Haneke ha dirigido, entre otras, La profesora de piano y Escondido (Caché). En ambos filmes ya se vislumbra —al igual que en la más reciente A White Ribbon, que le dio la palma de oro en Cannes— parte de la temática central de Funny Games: el sadismo. Cabe destacar que esta cinta es la versión estadounidense de la película austriaca del mismo título, dirigida por el propio Haneke y estrenada en 1997.
Luciérnagas en el jardín cuenta la relación tirante entre Michael Taylor (Ryan Reynolds) y su padre, Charlie (Willem Dafoe), un reconocido escritor. En los dos niveles temporales de la historia, somos testigos del constante enfrentamiento entre ambos, primero en la pubertad de Michael, cuando es sometido por su padre, y en el segundo en su adultez, en que mantiene su rivalidad con el padre —ahora ambos escriben—; este último ya está debilitado por el envejecimiento y la reciente muerte de Lisa (Julia Roberts), su mujer. Se establece en el pasado, además, una interesante relación entre el niño y su tía Jane (Emily Watson), quien también es, en cierto modo, víctima de Charlie.
Duplicidad es un ágil thriller de espionaje del director Tony Gilroy. Los personajes principales son Ray (Clive Owen) y Claire (Julia Roberts), dos experimentados agentes que tienen varios encuentros entre sí. El eje de la trama es un nuevo producto desarrollado por Burkett & Randle, empresa rival de Equikrom, que busca arrebatárselo.
Irena es el personaje principal de este Thriller de Giuseppe Tornatore —Cinema Paradiso, Malena, El pianista en el oceano—. Ella, además, sostiene la historia, porque aparece permanentemente a lo largo del filme en una búsqueda constante que se va aclarando paulatina y sostenidamente, porque los datos ocultos se mantienen hasta el final. Ello nos lleva a varias conclusiones, que van cambiando en función a la resolución de los hechos.
No es nuevo destacar la relación entre la obra narrativa de Mario Vargas Llosa y el cine, tanto respecto a las versiones fílmicas de sus libros como a los recursos cinematográficos de los que ha echado mano para enriquecerlos; eso sin contar las muchas referencias y menciones de títulos de películas en éstos.
Hay dos razones para ver Up, una aventura de altura: la primera es el estupendo cortometraje que lo antecede, sobre unas nubes-factorías de recién nacidos con sus respectivas cigüeñas; y la segunda el buen trabajo en la creación de una aventura con personajes bien delineados en las profundidades de una selva aún inhóspita, de carácter utópico, como un Edén perdido y vuelto a encontrar.
Los cinco grandes capítulos que conforman Primavera, verano, otoño, invierno… primavera tienen características comunes entre sí y con el resto de la filmografía de Kim Ki Duk. El mundo que este director configura presenta marcados contrastes entre lo tradicional y la modernidad, entre la apacibilidad espiritual y la violencia, entre la gente común y la marginal. Sus personajes apenas hablan o nunca lo hacen, como intentando aislarse de los demás. Del mismo modo, las situaciones que viven son extremas, casi inverosímiles: el muchacho que habita las casas o departamentos temporalmente vacíos y que después se hace invisible, en Hierro 3, la chica que se alquila y da placer por caridad, en La samaritana, la pareja que cambia de rostro e identidad en El tiempo, el viejo que cría a una niña para desposarla en cuanto crezca, en El arco, entre otros ejemplos. Así, Primavera, verano, otoño, invierno… primavera se constituye como una película fundamental de la obra de Kim Ki Duk, dado que resume o contiene todos sus aspectos temáticos habituales.