Crítica de cine: Coraline

Un mundo inverso ¿a la medida de los deseos?

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

Henry Selick es un director especializado en filmes animados para público infantil. En 1993 su exitosa película Pesadilla antes de Navidad, sobre una idea de Tim Burton y bajo la supervisión de éste, destacó su talento en el uso del stop-motion —técnica consistente en montar fotografías de estatuillas de plástico, arcilla, etc., fotograma por fotograma para darles sensación de movimiento—. Otros filmes suyos son James y el melocotón gigante y Monkeybone.

Por su parte, Coraline aborda el tema del mundo paralelo, magistralmente trabajado por Lewis Carroll en el díptico Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, libros que sirven de base para la construcción de la historia, y con los que se encuentran varios elementos comunes —la realidad paralela detrás del espejo (en este caso la puerta secreta), los personajes fantásticos y hasta el gato parlante—, pero en una versión absolutamente libre.

Advertimos la influencia de otros filmes, en especial una estética de “horror de cuento de hadas”, heredada de Burton y ya utilizada por el mismo Selick en Pesadilla antes de Navidad. Aunque la puesta en escena está bien trabajada, creemos que la ejecución de la historia no, y tampoco los personajes, que faltan desarrollarse. Se desperdicia el potencial que ofrece el enigmático gato, y el amigo, Wybie Lovat, no parece justificar su presencia, lo mismo que el padre.

Se puede destacar el arranque del filme, en que Coraline va descubriendo, parte por parte, las fascinantes situaciones y dobles opuestos a los reales. Es una lástima que se pierda el interés según avanza la narración, quizá porque ya se ha expuesto todo, y que se resuelva del mismo modo que la mayoría de relatos infantiles, con los malos vencidos y los buenos felices. Empero, es una muestra de la maestría de Selick en el manejo del stop-motion, que sirve como buen entretenimiento mientras dura la proyección.

CORALINE
Director: Henry Selick
País: Estados Unidos
Idioma: inglés (doblado al español)
Duración: 100 minutos

Publicado en Correo de Huancayo, el 28 de marzo de 2009

Crítica de cine: Che el argentino

Símbolos e idealismos del revolucionario

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

Steven Soderbergh ha tenido una importante carrera como director, con películas impactantes como Sexo, mentiras y cintas de vídeo y Tráfico, y otras más de bastante interés como su versión de la rusa Solaris, Erin Brockovich y La gran estafa y sus secuelas.

En ese sentido, Che es un larguísimo biopic en dos partes de Ernesto ‘Che’ Guevara, en la primera de las cuales —la que reseñamos ahora— se muestra al revolucionario en acción. Soderbergh alterna una entrevista al Che y un discurso en una asamblea de las Naciones Unidas, años después y en blanco y negro, con la parte más rica, durante la lucha por la toma de Cuba en la espesura de la selva, interactuando con sus lugartenientes, guerrilleros y la población.

Cabe destacar que, a nivel de construcción del personaje —impecablemente interpretado por Benicio del Toro— se ve a un guerrillero correcto y probo, cuyo único deseo (se nos antoja) es ser revolucionario y no precisamente ganar la revolución, aunque una cosa y otra vayan de la mano. Y es precisamente ese su mayor defecto, porque el personaje pierde credibilidad, no se muestra propiamente a la persona que fue, sino a una sustancia suya, más bien de carácter ideal, cuyo único rasgo humano es, quizá, los ataques de asma que no le dejarían hasta el fin de sus días.

Llama la atención la extensión, pero apenas se siente por el buen ritmo narrativo del filme. Y hay que destacar el talento de Soderbergh para dosificar la historia, incluso en los momentos más pesados de doctrina política, alternándolos con episodios de acción que mantienen activa la atención del espectador.

La puesta en escena toma forma periodística en las secuencias en monócromo, cámara al hombro, lo que genera objetividad, y usa tonalidades de gran colorido en la lucha, destacando el ideal de quienes únicamente desean liberar a Cuba, en una guerra que se les hace poco difícil, porque el pueblo y hasta las tropas de sus enemigos desean el cambio, y los vitorean y apoyan, en especial al Che, cuya sola presencia enciende los ánimos y el fervor. ¿Sería por ello que un compañero de armas suyo le propone enjaularlo y pasearlo por toda Cuba como a una atracción de circo?
Con todo, Che es un filme sugestivo y agradable de ver. Esperaremos la segunda parte.

CHE EL ARGENTINO
Director: Steven Soderbergh
Países: Estados Unidos, Francia, España, 2008
Idiomas: español e inglés
Duración: 129 minutos
Actores: Benicio Del Toro (Che), Demián Bichir (Fidel Castro), Santiago Cabrera (Camillo Cienfuegos), Catalina Sandino (Aleida Guevara).

Publicado en Correo de Huancayo, el 14 de marzo de 2009

Crítica de cine: Breaking News

El show de los buenos contra los malos (¿quiénes son los malos?)

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

Breaking News (Hong Kong, 2004) se inicia con una larga y maravillosa secuencia de cámara móvil, en que aparecen los gángsters en pleno proceso de negociado de una de sus transacciones ilícitas, antes de ser casualmente descubiertos, lo que origina un enfrentamiento con una ineficaz policía, que termina con la matanza de un buen número de personas y posterior huída de los traficantes. La palanca de la historia es la presencia de unos reporteros que graban el enfrentamiento y muestran en las noticias la incapacidad de la policía. Entonces se inicia el espectáculo.

Rebecca (Kelly Chen), una de los jefes de policía, decide montar una operación para apresar a dichos delincuentes y, de paso, lavarle la cara a su institución frente a la población, usando unas cámaras insertas en los uniformes de todos los agentes participantes. Simultáneamente, Cheung (Nick Cheung) —el típico policía duro, que se resiste a acatar las órdenes de sus superiores con tal de luchar contra el crimen—, quien ha sido ridiculizado en la acción inicial, quiere cobrar venganza y recuperar su honor capturando él solo y con ayuda de sus pocos subordinados a los traficantes, pese a desobedecer las disposiciones de Rebecca.

El film es, pues, un muestrario de lo ocurrido en el edificio donde los malos se refugian, y sus intentos por evadirse. Los periodistas están presentes cubriendo los hechos, y, por ejemplo, cuando sucede una explosión, vemos a decenas de cámaras girar coreográficamente fotografiándola. Los malos, no son tales, o, al menos, no parecen serlo. En esto, un acierto de Johnny To, el director, quien ha sabido darle profundidad a sus personajes. No es casual la toma de una familia (un padre y sus dos niños) en rehén, y las lecciones de moral que se dan mutuamente. Otra escena interesante se da con un par de los gángsters cocinando, mostrando pericia culinaria, y añorando a lo que se habrían dedicado de no ser lo que son: personas comunes y corrientes.
To dibuja a los perseguidos (que por momentos dan la impresión de convertirse en perseguidores) como unos gángsters modernos, de aquellos que ya han rebasado a los antiguos, más apegados a la tradición, y que no usaban armas de fuego: luchaban a puño limpio, como se los ve en otro de sus filmes, Elección (Hong Kong, 2002).

Los personajes no se enfrentan sólo entre sí, sino también a una abstracta aunque presente opinión pública, que les sirve además de otro frente de batalla, tanto para la policía, empeñada en mostrarse como dueña de la situación, como para los gángsters, quienes, sirviéndose de la Internet, difunden sus propias imágenes de lo ocurrido, tomadas con sus celulares, desmintiendo y hasta desenmascarando de ese modo a sus rivales.
Es asimismo una guerra de astucias. Yuen (Richie Jen), el principal de los gángsters, en su comunicación con los policías, pugna por tener el control de la situación, dándose incluso el lujo de enamorar a Rebecca, con quien después surge un idilio.

A nivel general es una magnífica película, que debe verse; y Johnny To un director a quien no hay que perder de vista: promete.

BREAKING NEWS
Título original: Dai Sigin
Director: Johnny To
País: Hong Kong, 2004
Duración: 90 minutosActores: Richie Jen (Yuen), Kelly Chen (Rebecca), Nick Cheung (Cheung), Cheung Siu Fai (Eric), Hui Siu Hung (Hoi) y Lam Suet (Yip).

Artículo escrito para la columna Función Continuada en marzo de 2009

Crítica de cine: En la cama

Haciendo catarsis, desnudos, con un desconocido

Por: Juan Carlos Suárez Revollar

Lo que más llama la atención de En la cama es su sorprendente economía.
La película está ambientada en su totalidad en una suite de hotel, y aparenta en un inicio ser absolutamente de índole erótico-sexual. Sin embargo, pese a que los actores se pasan desnudos desde el inicio hasta el final, el eje de la narración es otro.

La historia es sencilla, y la estructura absolutamente lineal. Arranca con una toma desenfocada del impetuoso encuentro sexual de los protagonistas. Se acaban de conocer, y no recuerdan (o no saben) el nombre del otro. Este elemento les sirve de pretexto para iniciar una animosa conversación, que a su vez les permitirá conocerse hasta niveles no imaginados.

Lo más interesante del film son los diálogos. El uno al otro se cuentan vivencias y sentimientos demasiado personales como para hablarlos con un amigo, con la negligencia de quien se sabe seguro de no perder nada al hacerlo. Ello hará que, en una sola noche, e interrumpidos por sus breves cópulas, se adentren en el alma del otro de manera extraordinaria. Encontramos entonces a dos seres atormentados por sus problemas personales, sus desamores, su soledad.

Pero no es sólo un personaje que toma de improvisado sicólogo a su compañero de alcoba. En realidad tanto Bruno (Gonzalo Valenzuela), quien está pronto a partir a Bélgica para un posgrado, como Daniela (Blanca Lewin), quien sufre a causa de su irascible novio, necesitan desesperadamente de alguien que los escuche, que les haga sentir paliada su soledad. De ese modo, un mero encuentro sexual de una sola noche se convierte en una búsqueda interior. El acompañante es casi siempre implacable con el otro, y le muestra aún más el agujero en que se encuentra. A su vez, la superficial relación evoluciona hasta la profunda necesidad del uno por el otro.

En la extensión de personajes, nos parece mucho más interesante la de Daniela, acaso por su mejor interpretación, sin desmerecer, claro, la de Bruno. Bize se ha cuidado de hacer una meticulosa dirección de actores y, aunque por momentos se le van de las manos, en casi todo momento se ven verosímiles.
En cuanto a la fotografía, se ha privilegiado los tonos purpúreos, de violencia previsible, que acentúa el erotismo, tamizados por el verde de la cama. Se juega poco con los claroscuros. En cambio, el cuarto completamente cerrado, da un ambiente claustrofóbico, y da como única vía de escape a los personajes de la presencia del otro a la puerta blanca del baño: un ambiente mucho más pequeño aún.

La tensión de la pareja sube y baja de manera trepidante, pudiéndoseles ver ir de su unión carnal a una acalorada disputa. Afortunadamente, no pierde su ritmo, y el espectador se siente cuasiatrapado mientras dura la proyección.Volvemos entonces al inicio. Sorprende ver de vez en cuando que, con tan pocos recursos materiales y presupuestales, se hagan filmes tan cautivantes como En la cama. No hay que perderla.

En la cama (Chile, 2005)
Director: Matías Bize
Guión: Julio Rojas
Fotografía: Gabriel Días, Cristian Castro
Protagonistas: Blanca Lewin (Daniela), Gonzalo Valenzuela (Bruno)
Duración: 81 minutos

Artículo escrito para la columna Función Continuada en marzo de 2009

Obra literaria

Cautivos de mar y tierra (novela, 2017)

Cautivos de mar y tierra de Juan Carlos Suárez RevollarA inicios de la Primera Guerra Mundial, un joven alemán de ascendencia peruana naufraga en su viaje tras los huesos de su padre. Ahí conocerá a Matías Serna, un muchacho al que el destino llevó a vivir condiciones de esclavitud. Juntos se adentrarán en las entrañas de un mundo ajeno a la civilización, en el África Central, huyendo de enemigos gratuitos por una guerra que no es suya. Cautivos de mar y tierra es una novela sobre la lealtad, la amistad, la condición humana y las huellas espirituales de la colonización.

 

«En Cautivos de mar y tierra se profundiza por reflexionar sobre los vaivenes de la condición humana y poner en relieve los grandes problemas que aquejan a la sociedad desde hace siglos».
Pedro Novoa

«Lenguaje impecable y profundo conocimiento de los sucesos políticos y sociales de una etapa de la historia».
Isabel Córdova Rosas

«Una novela que revela a un autor que se sumerge entre hechos reales y ficticios, logrando como pocos una fusión original».
María Teresa Zúñiga