Dickens revisitado
Juan Carlos Suárez Revollar
A Christmas Carol, la exitosa novela de Charles Dickens, se escribió y publicó en 1843 y, desde entonces, ha tenido múltiples adaptaciones, primero teatrales y, tras la invención del cine, cinematográficas. Cuenta cómo Ebenizer Scrooge, viejo avaro y amargado que detesta la Navidad —es otro personaje caricaturesco, como los muchos que desfilan por la obra de este autor—, tras ser visitado por el espectro de su socio muerto, Marley, y después por los espíritus de las Navidades pasada, presente y futura, se transforma en un hombre bondadoso, sensible y piadoso y, lo más importante, en un ferviente seguidor de la Navidad.
De esa forma, Los fantasmas de Scrooge es una interesante adaptación de esta novela por Robert Zemeckis, quien dirigió también Volver al futuro (1985), ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988), Forrest Gump (1994), El náufrago (2000) y la también de tema navideño El expreso polar (2004). El rodaje de esta última, al igual que la que analizamos ahora, es similar: se procesa lo que previamente se ha filmado, y se convierte en animaciones.
Subrayamos en esta película el buen trabajo fotográfico: bellos escenarios y un óptimo manejo de la iluminación. Por su naturaleza, se le ha dotado de mucha acción y humor, pues su público es primordialmente infantil. Se ha respetado, además, esa intención del autor, de contar una historia con fuertes asomos góticos, donde los fantasmas, por el solo hecho de existir, dotan al relato de elementos terroríficos. Destaca la extraordinaria compatibilidad de Dickens y Zemeckis, ya que ambos gustan de contar historias tiernas y hasta lacrimosas, muy complacientes con lo que el público desea leer o ver.
El hilo conductor, la transformación de la personalidad de Scrooge, avanza de modo sostenible, pese al extremado patetismo del personaje, que no es propiamente un defecto, sino más bien una característica. El ritmo de la narración tiene problemas por la inclusión de escenas larguísimas de acción excesiva, que no hacen más que distraer la atención, y los diálogos han sido muy mal escritos (al menos, en la versión doblada al español), pues no tienen naturalidad ni una sonoridad adecuada. Con todo, la película funciona, y la recomendamos.
LOS FANTASMAS DE SCROOGE
Director: Robert Zemeckis
Título original: ‘A Christmas Carol’
País y año: Estados Unidos, 2009
Duración: 96 minutos
Idioma: doblado al español
Publicado en el diario Correo de Huancayo, el 05 de diciembre de 2009.

El primer rol cinematográfico de Nick Cassavetes fue como actor, en Una mujer bajo la influencia (1974), pieza maestra dirigida por el prestigioso John Cassavetes, su padre. Participó a continuación en una veintena de películas, pero no dirigió sino hasta 1997: Atrapada entre dos hombres, que fue escrita por su padre. Situación extrema, Diario de una pasión y Juegos prohibidos son sus otras cintas.
Dennis Iliadis empezó su carrera como director con la película griega Hardcore (2004), una oscura visión sobre dos muchachas salidas de los sectores más empobrecidos de Grecia que se prostituyen, y pese a su rivalidad inicial, terminan enamorándose una de la otra.
Dos filmes se cuentan en la filmografía como director de Fabricio Aguilar: el cortometraje La cuerda floja (1997), que tiene la virtud de manejar eficientemente la relación entre dos comediantes ambulantes, abordando hábilmente el tema del payaso sufrido; y el largo Paloma de papel (2003), que trata, al igual que Tarata, de la violencia política en el Perú, con una perspectiva infantil y un contexto ambientado en la serranía.
Con una carrera poco trascendente para el cine mundial, el realizador español Jaume Collet-Serra inició su formación dirigiendo videoclips para la televisión, y más adelante las películas La casa de cera y Goal 2 —esta última con la participación de las superestrellas del fútbol David Beckam y Zinedine Zidane—, y ahora La huérfana, filme que es bastante mejor que los anteriores, aunque limitado en su alcance.
Con una respetabilísima carrera y buen número de importantes premios en su haber, Michael Haneke ha dirigido, entre otras, La profesora de piano y Escondido (Caché). En ambos filmes ya se vislumbra —al igual que en la más reciente A White Ribbon, que le dio la palma de oro en Cannes— parte de la temática central de Funny Games: el sadismo. Cabe destacar que esta cinta es la versión estadounidense de la película austriaca del mismo título, dirigida por el propio Haneke y estrenada en 1997.
Luciérnagas en el jardín cuenta la relación tirante entre Michael Taylor (Ryan Reynolds) y su padre, Charlie (Willem Dafoe), un reconocido escritor. En los dos niveles temporales de la historia, somos testigos del constante enfrentamiento entre ambos, primero en la pubertad de Michael, cuando es sometido por su padre, y en el segundo en su adultez, en que mantiene su rivalidad con el padre —ahora ambos escriben—; este último ya está debilitado por el envejecimiento y la reciente muerte de Lisa (Julia Roberts), su mujer. Se establece en el pasado, además, una interesante relación entre el niño y su tía Jane (Emily Watson), quien también es, en cierto modo, víctima de Charlie.
Duplicidad es un ágil thriller de espionaje del director Tony Gilroy. Los personajes principales son Ray (Clive Owen) y Claire (Julia Roberts), dos experimentados agentes que tienen varios encuentros entre sí. El eje de la trama es un nuevo producto desarrollado por Burkett & Randle, empresa rival de Equikrom, que busca arrebatárselo.
Irena es el personaje principal de este Thriller de Giuseppe Tornatore —Cinema Paradiso, Malena, El pianista en el oceano—. Ella, además, sostiene la historia, porque aparece permanentemente a lo largo del filme en una búsqueda constante que se va aclarando paulatina y sostenidamente, porque los datos ocultos se mantienen hasta el final. Ello nos lleva a varias conclusiones, que van cambiando en función a la resolución de los hechos.
No es nuevo destacar la relación entre la obra narrativa de Mario Vargas Llosa y el cine, tanto respecto a las versiones fílmicas de sus libros como a los recursos cinematográficos de los que ha echado mano para enriquecerlos; eso sin contar las muchas referencias y menciones de títulos de películas en éstos.